Acceso al
mundo digital. Este es el
requisito más fundamental para convertirse en un ciudadano digital. Debido
a dificultades como el estatus socioeconómico o la localización algunos
individuos pueden no tener acceso de forma regular. Las escuelas y las
bibliotecas públicas pueden ayudar a paliar este problema.
Comercio
digital.Este concepto
hace referencia a la capacidad de los usuarios para reconocer que una
buena parte de la economía se regula online. También tiene que ver
con la comprensión de los peligros y los beneficios de la compra en la
red, usando tarjetas de crédito y demás.
Comunicación
digital.Este elemento
trata con la comprensión de los distintos medios de comunicación online,
que abarcan del correo electrónico a la mensajería instantánea.
Alfabetización digital.Con esto se hace referencia al conocimiento sobre cómo usar
distintos dispositivos digitales. Un ejemplo de esto sería aprender a usar
correctamente un motor de búsqueda dependiendo del contexto —no se busca
lo mismo en Google que en una base de datos—.
Etiqueta
digital.Hace referencia a saber cómo
comportarse a la hora de utilizar la comunicación digital. Cada medio
cuenta con sus propias normas.
Leyes
digitales. En este
contexto se mueve la legislación aplicada a la descarga ilegal de
contenidos, plagio, hacking, creación de virus, campañas de spam,
robo de identidad, ciberacoso y etcétera.
Derechos y
responsabilidades digitales. Con este concepto se hace
referencia a los derechos del ciudadano digital, como la privacidad o la
libertad de expresión.
Salud digital. Los ciudadanos
digitales deben conocer el estrés físico que produce el uso de Internet,
así como saber qué hacer para no crearse adicción al medio.
Seguridad
digital.El noveno
elemento hace referencia a que los ciudadanos deben tomar las medidas de
seguridad necesarias para poder moverse por la red con tranquilidad.
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